Tenemos que considerar que los neumáticos, si bien son unos elementos con multitud de componentes orgánicos e inorgánicos, están específicamente desarrollados para que se mantengan estables, química y físicamente por muchos años. Esto es gracias a elementos anti-envejecimiento que están presentes en las mezclas.
Hasta el día de hoy, no hay ley, norma o escrito, que nos indique o considere una fecha concreta para entender que un neumático está caducado. Es decir, un neumático no caduca.
Sin embargo, si existe la recomendación de cambiar un neumático, aunque no esté gastado, cuando supera los 10 años antes de la fecha de fabricación.
Este periodo máximo es una recomendación, sin valor de ley o norma, e incluso puede variar según el fabricante que la emita. Así que, no es válido para entender que un neumático está viejo o caducado.
Para conservar el neumático correctamente durante largos periodos, es recomendable hacerlo en lugares alejados de fuentes de calor, con temperaturas entre 15° 25°, y sin contacto con sustancias corrosivas o disolventes. La normativa ISO 2230 le dará la pauta completa de almacenamiento.
La fecha de fabricación está indicada en un flanco del neumático, detrás de las siglas DOT. Como por ejemplo: DOT:1812, se trata de un neumático que ha sido fabricado en la semana 18 del año 2012. En este caso, si ha estado correctamente almacenado estará en perfectas condiciones de uso.
Si se observarse un deterioro del material que indicase envejecimiento del mismo (por ejemplo, pequeñas grietas en el flanco…) sería recomendable no montar el neumático y sustituirlo por uno nuevo.
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